Este arribo de noche, una cosa realmente de locos, Buenos Aires es una ciudad enorme y movilizarse en la kombi con 6 pistas para allá y 6 pistas para acá se transformo en todo un desafío, autos, autos y mas autos por todos lados y nosotros sin mapa ni lugar para dormir esa noche. Estábamos un poco asustados con todas las advertencias que habían hecho las personas del sur e interior de Argentina sobre la inseguridad y peligrosidad que reinaban en la capital.
Luego de la primera noche en una estación de servicio a orillas de la carreta, recibimos la aprobación de un contacto en el barrio de San Telmo, para reunirnos y quedarnos en su casa por unos días. Llegamos a la hora y lugar acordado, estacionamos la kombi dentro de esa enorme casa y rápidamente dimos curso a la buena amistad con “Juanpi”, los otros integrantes de la casa (un turco, una brasilera y tres argentinos), los asados, las fiestas y la buena energía del lugar.
Estando en San Telmo, la Sra. Malva estaba precisando de mantenciones y revisiones que esperábamos realizar con la ayuda del único contacto que traíamos desde Chile “La radio Kombinautas”. Nos comunicamos y llegó el dia lunes, momento de despedirnos de San Telmo y partir a encontrarnos con Dany y Marce al otro lado de la cuidad, no sabíamos nada de ellos, solo que tenían la radio y al igual que nosotros eran apasionados por las kombis.
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