Con el animo bajo, debido a que las expectativas habian sido muchas, decidimo aprovechar el día y recorrer el templo budista. El camino que lleva a ese lugar es encantador, con una vegetación frondosa y libre, que te guia ascendiendo constantemente y cada vez mas empinado por una ruta de adoquin.
Antes de hacer esa subida habiamos llevado la Kombi al mecánico a engrasar , él de muy buena namera aumento el punto, para que el motor tuviera mas fuerza, debido a que por las diferencias en la calidad de la gasolina el motor de apagaba. En tanto ibamos subiendo, oiamos um sonido cada vez más fuerte que provenia del motor. Debido a esto dejamos la Kombi a un costado de camino y seguimos hacia el templo de a pie, dejando el arreglo y revision de la Sra. Malva para mas tarde.
Partimos caminando al encuentro del templo, jurando que faltaba poco para llegar. A los pocos metros de andar y solo por probar suerte usamos el mítico dedo pulgar que nunca traisiona,jijijiji (hicimos dedo) a un jeep, que amablemente nos llevo por el laaaaargo camino y suuuuper empinado para llegar al ansiado templo. Lo mas probable es que si hubiesemos seguido caminando, arriba habriamos llegado mas muertos que vivos.
Ese lugar es realmente sorprendente y enigmático los cerros a nível del mar, las enormes construcciones y esculturas llenas de pinturas y decoraciones características del budismo, los cilindros que giran todos los dias del año recitando mantras de paz y crecimiento espiritual. Tanto el lugar como las personas que ahí viven, solo transmiten calma y respeto, por la gente, la tierra y su religión.
Se viene , se viene la visita!!
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