miércoles, 27 de julio de 2011

Reformas

Bajando de las nubes del templo, no reencontramos con Eduardo, que nos invito a quedarnos en su casa y compartir con su familia, ahi tenia un buen lugar para nosotros y por su puesto la Sra. Malva. Con las primeras tazas de cafe y las conversaciones, nos enteramos que su padre trabajaba con maderas hace mas de 30 anos,dedicándose junto a su esposa a la elaboración de zapatos artesanales y la construcción de maquetas, un trabajo realmente perfecto y que en esta ocasión estaria muy dispuesto a coolaborar con las esperadas reformas.
Dicho y echo, al dia siguiente Eduardo y Goldemir, su padre, comenzaron buscando todo aquello que estubiese en la barraca y que pudiese ser util para nosotros, asi que finalmente entre medidas, cortes por aqui, agregar otros pedazos por alla, lograron terminar el los muebles que quedaron tal como necesitabamos.....al fin nunca mas el cuento con las mochilas para adelante y para atras.
La amistad que se genero fue autentica y muy valiosa, estuvimos casi una semana disfrutando con toda la familia, haciendo empanadas y asados, paseando con los mas jóvenes de la familia por la sierra y las cascadas, regaloniando con los ninos de la casa  e intercambiando las mil y un historia de las diferentes experiencias de vida de los brasileros del sur y los chilenos de la capital, hasta algunas promesas por cumplir al llegar a México quedaron registradas en nuestro paso por Tres Coroas.


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